Muchas veces, cuando hablo con personas no católicas, tienen la impresión de que los católicos estamos constantemente hablando de la culpa, como si fuera una pesada losa que llevamos sobre las cabezas, que nos hace tristes, miedosos, apagados, mutilados, atados. Sin embargo, si me paro a pensar, la culpa desde la perspectiva católica no me parece mala (quizás esté equivocada, no soy teóloga).
¿Qué es la culpa? Según la RAE podríamos hablar de de dos de sus posibles acepciones:
2. f. Hecho de ser causante de algo.
4. f. Psicol. Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado.
Es decir, la culpa es sinónimo de responsabilidad. Yo soy responsable de mis actos. No es el destino, ni los demás. Soy yo el responsable de mis acciones y éstas tienen unas consecuencias, a veces buenas y a veces malas. Cuando mis acciones son buenas y miro hacia atrás, me siento en paz y orgulloso de mis elecciones, es normal. ¿Y cuando miro hacia atrás y veo que mis acciones han causado un daño (voluntaria o involuntariamente)? Pues ahí, una persona normal, también sentirá un "sentimiento" por ese daño causado, un sentimiento desagradable, que se llama culpa.
¿Qué es necesario e imprescindible para tener culpa? Una cualidad, a mi entender, muy buena: laEMPATÍA. Sin empatía no hay culpa. Los psicópatas no tienen empatía, son incapaces de sentir el dolor ajeno como propio, por eso no les importa hacer daño a los demás, sólo se preocupan de sí mismos... La empatía es la "Identificación mental y afectiva de un sujeto con el estado de ánimo de otro" (cfr. RAE). Cuando hacemos daño a otra persona y nos damos cuenta, lo normal en alguien que no carece de empatía, en alguien que ve a la otra persona como alguien valioso, como un ser humano, es sentir ese dolor como propio y, por lo tanto, el daño que uno ha creado también nos duele como propio. Los nazis comparaban a los judíos con ratas en sus famoso documental "El judío eterno" para que al asesinarlos (y consentir su asesinato) no se tuviera empatía, ni culpa...
La culpa, por lo tanto, me parece un mecanismo imprescindible de la psicología humana para vivir en sociedad, para materializar la empatía y para crear comunidades de amor al prójimo.
Ahora viene el "pero": Pero... ¿entonces debemos rasgarnos las vestiduras y cubrirnos la cabeza de ceniza, como hacían los antiguos hebreos, día y noche, para mostrar nuestro constante dolor? ¡¡NO!! El catolicismo es una religión de AMOR y de ALEGRÍA ¿cómo puede ser eso, si nos reconocemos culpables de tantas cosas, todos nosotros pecadores, todos nosotros imperfectos? Porque tenemos el inmenso regalo del PERDÓN.
El Evangelio de hoy, justamente, cuando unos se escandalizaban de que dijera que tenía poder para PERDONAR los pecados, él respondía: "¿Qué es más fácil, decir tus pecados quedan perdonados o levántante y echa a andar?". El perdón de los pecados tambíen se nos nota exactamente igual que si nos quitaran una losa de encima, igual que si fuéramos paralíticos y volviéramos a andar... El perdón es un regalo muy hermoso, es el más suave bálsamo para sanar las heridas del corazón. De hecho, la palabra perdonar viene del prefijo latino per- (acción completa y total) y el verbo donare (regalar), es decir, es un acto de completa generosidad por parte del que perdona. Sin culpa, no habría empatía ni perdón. Si nadie es responsable de nada, no existen relaciones entre las personas, sólo individualismo y caminos que, como muchos, pueden ser paralelos, pero no se entrelazan, ni se unen, ni se funden, ni se tocan... Sí, hay espiritualidades que promulgan un "super hombre" que no se deja influir, que es responsable de su propia felicidad y no influye ni es influido por otros... Pero yo soy muy mediterránea para gustarme eso, a mi me gustan las emociones, vivirlas, expresarlas, no liberarme de ellas. Me gusta sentir la pasión, el dolor, la redención, la euforia!! Me gusta saborear cada sensación que me ofrece la vida, incluso las tristes, como la ausencia del ser querido que me predispone a recordar su olor y su calor...
Pero la culpa no debe quedarse con nosotros mucho tiempo... El catolicismo tiene esto TAN claro, que en cuanto uno siente culpa puede ir corriendo a un confesionario y ya haya gritado a su marido, pegado a sus hijos o asesinado y torturado a 150 personas, puede salir de allí con la conciencia tranquila, con la alegría de saberse perdonado, deshecho de toda culpa y todo sufrimiento, envuelto en la Gracia de Dios y sintiéndose abrazado en los más íntimo por su amor Paternal hasta el extremo. Ese Padre que nos recibe con los brazos abiertos para perdonarnos ABSOLUTAMENTE TODO, que no nos pide otra cosa que la empatía, sentir el dolor ajeno como propio por haber causado ese daño, ser conscientes de ello, para poder curarnos. Nos pide que le enseñemos la herida para vendarla. NO nos pide explicaciones, ni nos castiga severamente. Nos regala GRATUITAMENTE su perdón (per-donare).
¿A veces los católicos hemos olvidado la alegría de ser perdonados? Por supuesto. A veces somos tan tercos que nos dicen: estás perdonado ¡¡¡vive con alegría cada minuto!! y vamos nosotros y nos empeñamos en ponernos tristes. Tenemos hasta una persona concreta, el sacerdote, encargada de dejarte clarísimo que estás perdonado, de acercarte personalmente el perdón de Dios, por si acaso creías que estaba lejos en el cielo y no se preocupaba de ti, pobre mortal. Un hombre, el sacerdote, te asegura que estás perdonado, por si no te lo terminabas de creer... Los hombres, de nuevo, estamos entrelazando nuestras vidas, contándonos nuestros problemas, compartiendo nuestros dolores y nuestras alegrías, y comunicándonos la buena noticia: el AMOR de Dios es gratuito e infinito, perdona todo, ama a todos, hace desaparecer la culpas, los dolores, las cargas, pero no elimina las relaciones humanas, sino que las potencia, crea una comunidad de vida y amor, de prójimos que viven para amar a Dios sobre todas las cosas y al otro como a uno mismo.
martes, 21 de agosto de 2012
miércoles, 21 de diciembre de 2011
domingo, 9 de octubre de 2011
Señor ¿cómo Te respondo cuando me llamas?
El Evangelio de hoy es uno de esos Evangelios duros, de los que no se ocultan y dicen las cosas a la cara, tal cual, como las decía Jesús.
Un Rey que nos llama, a nosotros: a los que Le conocemos, que nos Le han presentado desde niños, que tenemos claros los mandamientos y que nos hemos habituado a oir de Él. Y sin embargo cuando nos llama le escuchamos mientras vamos a lo nuestro como sin prestar mucha atención... Sabemos que está ahí pero realmente no le seguimos. Oimos hablar de Él pero no le escuchamos... Somos los que estamos siendo llamados a diario y que vamos por la vida poniendo excusas, una tras otra, para hacer lo que Él nos pide, lo que nos está gritando desde nuetro propio corazón... Y sin embargo, como dijo Benedicto XVI hace bien poco algunos agnósticos están más cerca de Dios que nosotros
Necesitamos purificar nuestra mirada y nuestro corazón abriéndonos a su Amor día tras día, no quedarnos rezagados pensando que lo sabemos Todo, que ya estamos cerca de Él... Debemos buscarlo con desesperación y con delirio, con la pasión de lo nuevo y del que tiene sed de Amor infinito.
Señor, a veces cuando me siento lejos de ti quizá esté más cerca que nunca sin saberlo... dame Tu Mano y no me abandones, guíame incansablemente pese a las veces que me salgo del camino y fíjate en mi amor y mi deseo de Ti (Bien, Verdad, Belleza) y no en mi debilidad. Intentaré poner más Amor en cada segundo de cada día para que mi vida, más sonrisas y menos quejas, más sencillez y menos arrogancia, más paciencia y menos egoísmo :)
Un Rey que nos llama, a nosotros: a los que Le conocemos, que nos Le han presentado desde niños, que tenemos claros los mandamientos y que nos hemos habituado a oir de Él. Y sin embargo cuando nos llama le escuchamos mientras vamos a lo nuestro como sin prestar mucha atención... Sabemos que está ahí pero realmente no le seguimos. Oimos hablar de Él pero no le escuchamos... Somos los que estamos siendo llamados a diario y que vamos por la vida poniendo excusas, una tras otra, para hacer lo que Él nos pide, lo que nos está gritando desde nuetro propio corazón... Y sin embargo, como dijo Benedicto XVI hace bien poco algunos agnósticos están más cerca de Dios que nosotros
los agnósticos que no encuentran paz por la cuestión de Dios; las personas que sufren a causa de nuestros pecados y tienen deseo de un corazón puro, están más cercanos al Reino de Dios que los fieles rutinarios, que ya solamente ven en la Iglesia el boato, sin que su corazón quede tocado por la fe¿Cuánto de lo que hacemos lo hacemos de corazón? ¿Cuánto amor hay en las cosas que hacemos? ¿Cuántas cosas hacemos por costumbre, por obligación, por quedar bien, por lo que puedan pensar de nosotros, o incluso para medrar? ¿Convertimos nuestro día a día en un tedio de rutinas o sabemos ver el Amor que hay en todos los que nos rodean, en el servicio que prestamos a los hermanos en cada tarea que realizamos?
Necesitamos purificar nuestra mirada y nuestro corazón abriéndonos a su Amor día tras día, no quedarnos rezagados pensando que lo sabemos Todo, que ya estamos cerca de Él... Debemos buscarlo con desesperación y con delirio, con la pasión de lo nuevo y del que tiene sed de Amor infinito.

lunes, 13 de diciembre de 2010
Sorpresas Navideñas

La verdad es que aunque duró cerca de 3 horas, se me hizo incluso corto, Sofía se portó maravillosamente y fueron unas horas muy hermosas. Mi princesa, que estaba durmiendo la siesta en su carrito cuando llegamos, se despertó justo antes de tener que subir al altar a rezar el primer misterio, y sólo quiso que la llevara yo en brazos, así que no pude rezar un misterio más cargada de amor ;) Además, nada más encenderse el micrófono, tuvo a bien decir "¡Mira, mamá! ¡Ahí está la Virgencita!" señalando una imagen que había en el altar...

Así que para tranquilizarme un poco, decidí acercarme a la tienda de chinos más cercana y comprar un rosario-pulsera de estos que parece que ha puesto tan de moda Sara Carbonero, atármelo a la muñeca y no desprenderme de él ni para bañarme hasta haber bajado del altar :)
Por si acaso, como además de vergonzosa soy prevenida, compré dos...

Ella está acostumbrada a oirme rezar el Avemaría junto a ella por las noches, pero hasta ahora sólo me había respondido ocasionalmente con un Amén al terminar. Eso sí, como siempre empezamos con un Jesusito de mi vida, nunca se olvida de recordarme que después hay que rezarle a la Virgencita (hasta el extremo de que a diario,después de bendecir la mesa, también tenemos que dedicarle una breve oración a la Virgen).
Pues mi maravillosa sorpresa navideña fue cuando ayer mi niiña cogió la pulsera y me dijo: "Ahora yo sola mamá" y con dos añitos y medio, una dulzura impresionante y su carita de ángel, comenzó a rezar el Avemaría casi perfectamente con la pulsera en la mano, una y otra vez, mirándome con esa enorme alegría que les asoma a los niños pequeños a los ojos y que nos desborda el corazón a los adultos...
¡Mi ñiña ya sabe rezar el Avemaría! ¡Qué hermoso regalo de Navidad!
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Embarazo en Navidad

Señor, me has dado la inmensa gracia de pasar mis dos embarazos en Navidad. Es una manera maravillosa de contemplarte, de sentirte cerca, de tomar como ejemplo a María... Siento en mí los movimientos de Clarita como María sintió al Hijo en sus entrañas.
Embarazada y fiándose de Dios con el corazón abierto de par en par, tuvo que sentir el rechazo inicial de San José, no le importó el cansancio del embarazo para acudir a ayudar a su prima Isabel, estuvo a punto de parir y sin tener siquiera donde recostarse para acoger a la Luz del Mundo...
En la Misa del Gallo del año que estaba embarazada de Sofía, recuerdo cómo mi hija saltó en mi seno cuando me acerqué a la Tí en la Eucaristía, como lo hizo el hijo de Isabel cuando su alma infantil Te reconoció nada más acercarse María. ¿Acaso cuando se mueve Clara es porque Te acercas a mi sin yo darme cuenta? ¿Cuantas veces al día me tiendes la mano y yo miro para otro lado, Señor?
Nunca podré darte las gracias suficientes por la bendición tan grande de mis hijas, por cómo son capaces de acercarme a ti incluso desde antes de nacer.
Desgranar poco a poco el rosario, sintiendo la vida crecer lentamente dentro de mi, acercarme a la Eucaristía conociendo el milagro de que llegarás a Clara a través del líquido amniótico, bañándola con tu presencia... Como decía Van Thuan en Camino de Esperanza, “Para ti el momento más bello es el momento presente (cf Mt 6, 34; St 4, 13-15). Vívelo en la plenitud del amor de Dios. Tu vida será maravillosamente bella si es como un cristal formado por millones de esos momentos. ¿Ves como es fácil?".
Gracias por cada momento y lugar en los que aprovechas para acercarte más a mi, y yo sólo tengo que fiarme, coger tu mano y cerrar los ojos para poder abrir el corazóny notar Tu presencia, gracias por toda la Belleza que pones a mi alrededor. Gracias también por las oportunidades que me das para permitirme ser Tu Cireneo y acompañarte cerquita de Tu Cruz, por esos momentos en los que a veces no sé ver tu Belleza ni tu Paz, pero sé que no te apartas ni un momento de mi... a pesar de mi.
Ahora además me das la oportunidad de colaborar contigo no sólo en el Misterio de la Creación, sino en acercar a mis hijas a Ti, hacer que Te conozcan y que Te amen, guiarlas de la mano por tus sendas intentando no desviarme mucho... Porque son Tuyas más que mias; no son de mi propiedad sino que me las has dado en préstamo, me las has confiado con todo Tu Amor, para que yo también las ame y, unidas, seamos semillas capaces de esparcit Tu fragancia a nuestro alrededor.
Porque sé que Clarita es otra bendición, otro regalo que has puesto en mi camino. Gracias Señor.
"Antes de nacer te escogí, en el vientre de tu madre te consagré" Jeremías 1:5
"Dios me escogió desde el vientre de mi madre, y por su mucho amor me llamó" Gál 1, 15
"Porque tú formaste mis entrañas, tú me tejiste en el seno de mi madre. Te alabaré por el maravilloso modo en que me hiciste. ¡Qué admirables son tus obras! Del todo conoces tú mi alma. No se te ocultaban mis huesos cuando secretamente era formado y en el misterio era plasmado". Salmo 139
martes, 13 de julio de 2010
¡Nuevo embarazo, nuevas formas de vivirlo!

Recuerdo que una de las pruebas de mi primer embarazo parecía salir alterada y nos llevamos un susto. Se quiere mucho a los hijos... Pero también después de tantos controles y tantas lecturas sobre el embarazo, una empieza a darse cuenta de por qué el diagnóstico prenatal también se llama cribado prenatal, de por qué interesa tanto que las anomalías cromosómicas se detecten precozmente... Y desde luego, a mi no me interesa para nada, ya que al final, cuando tenga a mi bebé en los brazos, empezaré a conocerle, con sus virtudes y sus defectos, con sus particularidades, con todo el amor que trae cada bebé.
Es por eso que esta vez he hablado con mi médico y le he dicho que no me interesa. En la ecografía de la semana 12 no le ha medido el pliegue nucal ni me he hecho las pruebas para la triple screening, no me interesa saber las probabilidades de que tenga síndrome de down u otras cromosopatías. Mucho menos la amniocentesis, prueba invasiva y con un 1% de probabilidades de perder al bebé.
Esta vez esperaré pacientemente, dejaré crecer el amor que llevo dentro, con paciencia, con cariño, con esperanza... Pruebas: las necesarias para detectar alguna enfermedad de tratamiento precoz. El resto me sobran.
No creo que la belleza esté en el exterior, ni me gusta el apelativo de "discapacitado", prefiero decir que tienen capacidades especiales, porque desde luego los "discapacitados" tienen muchas veces más capacidad de amar y de generar amor que los que no lo son. Son capaces de muchísimas cosas y, por supuesto, si algún hijo mio tuviera una cromosopatía, sería exactamente igual de deseado y amado que si no la tuviera.
Quiero inculcar a mis hijos que no me importa como sean, les quiero y les querré siempre desde el momento en el que soy consciente de su existencia. Que les querré sobre todas las cosas, aunque se rebelen, aunque se equivoquen, aunque obren mal... Que siempre tendré los brazos abiertos y una palabra de aliento para cuando quieran acogerse a mi regazo. Y por supuesto les querré independientemente de sus capacidades intelectuales o físicas. Sean como sean.
La maternidad me ha acercado más a Dios. De repente he mirado al cielo y he comprendido un poquito más a ese Dios padre, amoroso, comprensivo, siempre dispuesto a la redención y al perdón. He mirado al cielo y me he sobrecogido. Si un ser tan pequeño como yo puede sentir este amor desbordante, que no termina en mi sino que se derrama y me sobrepasa... ¿Cómo puede llegar a ser ese amor de Dios Padre? ¿Tanto me quiere? No doy a imaginar un amor así y sin embargo tengo la seguridad de que existe, de que me lleva tatuada en la palma de su mano, de que no olvida mis inquietudes de cada día y de que sigue mis pasos esperando a que gire mi cabeza testaruda y le de un abrazo envuelto en lágrimas, para lavar mis pecados y sentir esa alegria de Padre cuando sabe que su hijo es feliz, cuando lo mira orgulloso y se le ensancha el corazón...
He leido muchas veces esta frase: "Cada niño que viene al mundo nos dice: Dios aún espera del hombre". Cada niño que Dios me envía, me dice que Dios todavía tiene mucho amor que sacar de mi, mucho trabajo por hacer...
Gracias Señor por estos regalos, que sí, cuestan algo de dinero (no mucho), una pizca de insonmio y de cansancio (no más que un fin de semana adolescente), y mucha dedicación, pero que realmente me acercan al Amor y la Verdad, a la donación de mi misma, al deseo de ser mejor madre, mejor esposa, mejor amiga, mejor persona, mejor ciudadana, mejor cristiana...
Gracias por guiarme con tu mano amorosa hacia la Felicidad.
lunes, 5 de abril de 2010
Estoy como unas Pascuas

Cada vez que el peso de la vida va encorvando mi espalda, ahí estás Tú para enseñarme lo que es realmente la Vida, para despojarme de esos trastos con que cargo, que hacen mi paso lento y mi andar fatigado, para aliviarme de mis rencores, de mis miedos, de mis inseguridades, de mis angustias, de mis frustraciones, de mis soledades, de mis indiferencias, de mis materialismos...
El que es capaz de convertir la muerte en Vida, también transforma el dolor en perdón, el cansancio en amor, el miedo en esperanza.
De nuevo me dice: ¡Abre las ventanas que toca limpieza de primavera! Abre tu ser a la primavera del alma, céntrate en buscar el Sol con todas tus fuerzas, y Él hará que, como las flores que se abren, puedas inundar el mundo con el perfume que te ha sido regalado. No temas al mañana, no temas hacerte con ello vulnerable. Piensa que las flores arrancadas suelen ir a parar a los jarrones más hermosos de la casa del Padre.
Y hablando de propósitos más simples y concretos, Señor, ayúdame a mantener mi compromiso con todos a los que pueda ayudar, ayúdame a inundarme del mismo amor y felicidad cuando hago las tareas de la casa que cuando hago el bien a otros, porque Tú, que ves en lo escondido, sabes que no es lo mismo ayudar públicamente un día y sentirse reconocido y amado, que vivir arrodillada en el anonimato. Ayúdame a orar constantemente, a encontrarme contigo entre los pucheros, en lo sencillo, en lo desagradecido de la vida diaria.
Ayúdame también a mirar a los ojos al nigeriano que me vende los kleenex en el semáforo, a olvidar las prisas por un momento para ofrecerle siempre una sonrisa y preguntarle cómo está hoy, a darle un apretón de manos a la rumana de manos mugrientas que pide en la puerta del Dia, o a tocar con amor las manos del heroinómano al darle unas míseras monedas. Haz que vea la belleza de tu amor siempre y en toda ocasión.
Ayúdame a poner atención y cuidado cuando te escucho y te recibo en la eucaristía, haz que nunca deje de tener presente el Misterio. Ayúdame a tratarte con mimo, como hubiera hecho cuando eras un niño recién nacido, y que nunca deje de sentir esas ganas irrefrenables de caer rendida a tus pies cuando te veo hecho Pan para mi, cuando te veo repartiéndome el pan a mi, una de tus elegidas, en ese banquete que se prolonga hacia la eternidad.
Ayúdame por último a poner atención a todo lo que me rodea, a no ir tan ensimismada que no me percate de que una compañera tiene un mal día, que no olvide compartir sus tristezas y alegrías, que no desoiga sus intereses aunque no sean iguales a los míos, porque no son sus intereses lo que me alegran el día, sino escuchar sus anécdotas y compartir con ellas esos momentos tan personales.
... sé que te pido mucho, pero Tú lo puedes todo. Gracias de antemano, porque sé que tú siempre me escuchas.

Traducción: "Yo nunca estoy fuera de cobertura.
Dios"
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