martes, 9 de marzo de 2010

Aliadas de su propio exterminio


No es la primera noticia que tenemos de cómo se está matando niñas (dentro y fuera del vientre materno) en muchos países del mundo, por el mero hecho de ser mujeres. China es el claro exponente de esta tendencia. La tradición culturar que infravalora a las mujeres, la dote que sigue existiendo en muchos matrimonios y la política del hijo único son los principales causantes de que millones de niñas sean asesinadas anualmente

El Economist se hace eco del últimio libro de Xinran Xue, una escritora y periodista china, titulado Message fron an Unknows Chinese Mother: Stories of Loss and Love en el que cuenta historias que ha ido conociendo en sus años de periodismo en china.

Ella nos relata la visita a una familia campesina:

Apenas se habían sentado en la cocina cuando escucharon un quejido de dolor de la habitación de al lado... Una mujer estaba dando a luz. Los gritos se hicieron más fuertes y luego se detuvieron abruptamente. Hubo un sollozo, y luego la voz ronca de un hombre, dijo en tono acusador: "¡es inútil!"
De repente, le pareció oír un ligero movimiento en el cubo de agua sucia detrás de ella, recuerda Xinran. Sintió un horror absoluto cuando vió un pie que sobresalia del cubo. ¡A la comadrona se le debía de haber escurrido el pequeño bebé en el cubo de agua sucia! Inmediatamente se arrojó sobre el cubo para ayudar al bebé, pero los dos policías que le había acompañado la sujetaron firmemente por los hombros: "No se mueva, no puede hacer nada, es demasiado tarde".
"Pero eso es... asesinato... y ¡ustedes son la policía!" El minúsculo pie había dejado de moverse. Los policías la sujetaron todavía unos minutos más. "Tener una niña no es gran cosa por aquí," dijo la anciana. "Pero eso era un bebé recién nacido", le dijo con voz temblorosa, señalando el cubo de agua sucia. "No es un bebé", me corrigió. "Es una niña, y no podemos quedárnosla. En esta zona no puedes arreglásrtelas sin un hijo. Las niñas no cuentan".
La Academia China de Ciencias Sociales calcula que en 10 años 24 millones de chinos varones no podrán encontrar pareja. Estos datos sonabsolutamente escalofriantes y muestran las horribles cifras del genocidio femenino. El aborto, concebido por algunas feministas como "herramienta de liberación de la mujer" se ha convertido en el aliado de su propio exterminio, y el desprecio de la vida de los más pequeños unido al desprecio del cuerpo de las mujeres (madres) y de las niñas concebidas nos plantea una perspectiva desoladora en un país en el que se acaba de aprobar el aborto libre hasta las 14 semanas, abriendo la puerta a la eugenesia y al desprecio de la vida al no tener que argumentar razón alguna para terminar con ella en su comienzo. En España ya se puede abortar, por ejemplo, porque se considera a las mujeres inferiores a los hombres y no se desea tener una niña. Nadie va a pedir explicaciones. Enhorabuena.

NOTA: La fotografía está compartida mediante creativecommons y la he obtenido de Flickr (pulsar sobre la imagen para ir al enlace)

España, vida sí (7M)


Para callar a los manifestantes del domingo pasado, la ministra Aído ha dicho que el Parlamento ya se ha manifestado a favor de la ley del aborto, y lo ha hecho con un "amplísimo acuerdo".

Sin embargo cuida mucho de hablar de "amplísimo acuerdo" de manera subjetiva en vez de dar objetivamente los datos de la votación de la ley en el Senado, únicamente aprobada por el estrecho márgen de 6 senadores de los 259 que votaron (132 votos a favor, 126 en contra y 1 abstención). Las democracias no se pueden constituir con un consenso tan escuálido que tiene al 49% de la Cámara en contra y encima hacernos creer que se ha llegado a un un amplísimo acuerdo. ¿Es que no sabe sumar? Un amplísimo acuerdo, en mi opnión, se podría considerar un 70% de los diputados (como poco), pero es realmente ridículo mencionar un AMPLÍSIMO acuerdo (que no se conforma con un "amplio", ni "holgado", ni "legal") cuando únicamente se cuenta con un 51% de los votos.


Con un 49% de los votos en contra de la ley y miles de personas manifestándose en las calles, Señora Aído, debería usted replantearse el significado de "amplísimo acuerdo" y pensar que una democracia hay que gobernar para todos y no para sí misma.