viernes, 12 de octubre de 2012

Mo Yan y la maternidad

Mo Yan, seudónimo del escritor chino Guan Moye: premio Nobel de literatura 2012.
El seudónimo Mo Yan significa "no hables" en referencia a la falta de libertad para escribir en su país natal, a todos los años que pasó siguiendo el consejo de su padre, que viendo el horror que producía la Revolución Cultural le aconsejó que aparentara ser mudo. De hecho una de sus novelas "Grandes pechos, amplias caderas" fue prohibida en China.

En Occidente es conocido principalmente por la adaptación al cine de su novela Sorgo Rojo

No es una persona frágil, ha vivido muchas cosas: 
"Cuando tenía cinco años [durante el gran salto adelante, el fallido movimiento de industrialización rural lanzado por Mao Zedong, y que originó grandes hambrunas y la muerte de millones de personas], los niños de mi pueblo tenían el vientre hinchado como en África. Los árboles eran blancos porque nos habíamos comido la corteza".

 Y, sin embargo, recientemente hablaba así del aborto:
"Temí recibir el mismo castigo, así que decidí no tener más. Si no hubiera sido por mi egoísta ambición, le habría dejado a mi mujer tener un segundo o incluso un tercer niño. Pero empleé un ´elevadísimo´ argumento para convencerla de que abortase: debíamos seguir la política del Partido y la política de la nación. Ese aborto se convirtió en una cicatriz perpetua en lo más profundo de mi corazón, se convirtió en una gran sombra en mi corazón"

En su novela de 2010 titulada "Ranareincide en las penalidades de la mujer china bajo la política del hijo único. Wan Zu, un joven que sueña con ser autor dramático, relata la historia de su tía Wan Xin, ginecóloga y comadrona que ayudará a nacer a infinidad de niños. Compasiva y llena de ternura, se deshumanizará poco a poco al someterse a las consignas del gobierno, participando activamente en una campaña de abortos orientada a evitar que las familias engendren un segundo hijo. Su fanatismo evoca las políticas eugenésicas del nazismo. Pese a todo, la esperanza se impone al final del relato con un giro fantástico, donde se celebra la maternidad y el nacimiento.

Así comienza la dedicatoria del libro:


Para los miles y miles de lectores que nacieron
en la época de la planificación familiar y para
los que la vivieron en primera persona


Entra aquí para leer el primer capítulo de Rana.

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